Un poco de alegría, para empezar la lectura: PLAYLIST
Terminada mi temporada 2014, paso a contaros cómo me ha ido
en las dos últimas pruebas que he disputado.
Primeramente, el Triatlón de los Históricos en Santander, el
sábado 27 de septiembre, que coincidía con el Campeonato de España por clubes,
en un escenario precioso.
Distancia sprint (750-20-5), nadando desde el
Promontorio hacia el Dique de Gamazo, la bici realizando 3 vueltas a un
circuito por la Avenida Reina Victoria, subiendo al Palacio de la Magdalena,
giro en el Casino, y regreso, por el Palacio de Festivales (ESPECTACULAR, con
las calles totalmente cerradas al tráfico), y, por último, otras 3 vueltas
corriendo por la zona del dique.
Personalmente, la semana anterior no había entrenado nada.
Temas laborales (bienvenidos sean, por otra parte) y alguno leve de falta de
motivación (por la cercanía del final de temporada, ya había ganas de
terminar), hicieron que me presentase a la prueba con el Triatlón de Comillas
del domingo anterior como último entreno de calidad. Olé mis huevos.
No me asustaba demasiado por la distancia, pero sí por la
intensidad, que sabía que iba a ser tremenda, como siempre en estas pruebas tan
explosivas, en las que, además, se puede ir en grupo en bici, con lo que ello
conlleva: ataques, cambios de ritmo, el corazón que se sale por la boca…
Pero bueno. La tarde acompañaba, y el circuito era precioso,
como decía, así que nos juntamos Calon, Oli, Aitor, Pedro y yo, a darlo todo.
Vamos, como siempre.
Un ambiente de público también para quitarse el sombrero,
hizo el resto. Saludamos a los conocidos (Pablo Martín Sarobe, te prometí que
saldrías en la crónica, jaja), y para el agua.
Salida de natación normal, tampoco muy atropellada, y muy
limpia, en general, todo el recorrido hasta la rampa del dique. Salgo del agua
en la posición 36 de unos 180 participantes, sin haberme exprimido al máximo.
Nada más coger la bici, sale delante de mí Nacho Rodríguez
(SVC), que hubiese sido una rueda buenísima, si no fuese por dos detalles sin
importancia. Uno, que me iba a dejar tirado en las primeras rampas duras del
recorrido. Y dos, que, ya en la salida, se me escapó y no le volví a ver. No sé
qué hubiese sido peor, jaja.
En grupo con unos cuantos ciclistas más, todos desconocidos,
fuimos tirando, más o menos dando relevos ordenadamente, hasta llegar al rampón
del Palacio de la Magdalena, en el que me costó subir lo que no estaba escrito,
y me descolgué un poco. El resto de la primera vuelta, con el corazón a mil,
las piernas en llamas, y la respiración en la misma línea. Empezamos bien.
Menos mal que en las dos siguientes vueltas, pude reservar
algo más, subí las rampas con más cabeza (y tranquilidad), y pude ir mejor.
Pero eso sí, no iba cómodo del todo, en cada grupo en el que fui inmerso
(podría decir que uno diferente por vuelta), me quedé descolgado, no tenía
chispa alguna, pero tampoco podía pedir peras al olmo, después de toda una
semana haciendo el vago. Lástima, se me escaparon Gorgonio Gandiaga (POLANCO) o
César Bolivar (OZONO), viejos conocidos, pero no tenía fuerzas para más.
De todas formas, me bajo de la bici con el 50º mejor puesto,
y con la esperanza de poder apretar algo corriendo. Sin embargo, me dan los
gemelos amagos de acalambrarse, y me acojono un poco. Precisamente hoy no,
hombre, que hay mucha gente mirando, jaja. Ahí sí que me acordé de la semana de
relax que me había tomado, parece mentira lo rápido que se acostumbra el cuerpo
al ocio…
Afortunadamente, se pasa la mala sensación de piernas en
unos pocos metros y puedo ir más o menos, aunque tampoco me daba el cuerpo para
mucho más. Me salieron los 5 km a 3:56 min/km de media, bastante flojo, con el 34º
puesto en este sector, y entrando en meta en la posición final 35. Pero disfrutando
del escenario. No había fuerzas para más, pero muy divertido.
Y a la semana siguiente (este pasado domingo, 5 de octubre),
el Triatlón de Santander. Esta prueba, puntuable para el circuito cántabro de
triatlón, por lo que me interesaba bastante más. El hecho de irnos de comida
todos los del equipo después era lo de menos, jaja.
También sobre distancia sprint (750-20-5), nadando en El
Sardinero, bici con 4 vueltas a un recorrido por la S-20, y carrera por el
paseo de la misma playa. En esta ocasión, competimos por el equipo Cazorla, Jorge,
Oliver, Álex, Calon, Carlos, Aitor, Rico, Cristina y yo. ¡Fiesta, fiesta!
La semana anterior entrené dos días: una hora de carrera con
cambios de ritmo (que me dejaron los gemelos con agujetas un par de días… me
estoy haciendo muuuuuy mayor), y una salida de 2 horas en bici en solitario,
también con algún cambio de ritmo. No pude tampoco hacer más, y, de hecho,
llevaba 2 semanas completas sin nadar, pero tampoco esperaba ningún bajón en
carrera, sinceramente.
Salida un poco a traición, que nos encanta, aunque no lo
reconozcamos, jaja. Me da tiempo a intercambiar unas breves palabras con Javi Loroño,
riéndonos de que da igual que estemos pendientes del silbato, siempre nos va a
pillar despistados, y a por las olas.
El mar estaba un poco agitado, pero las olas eran orilleras,
un poco incómodas para entrar, pero en cuanto se avanzaban 100 m, no molestaban
tanto, si bien el resto del recorrido no estaba precisamente en calma, pero
bueno. Nado bastante cómodo, aunque empiezo a notar algo el cansancio en la
última boya, hasta la arena. Finalmente, salen 1.200 m, en lugar de los 750 m
previstos, pero, francamente, a mí me da igual.
Alcanzo la arena no sé en qué puesto, porque decido quitarme
el neopreno en la misma orilla, se me traba, y pierdo un tiempo precioso. La
verdad, tampoco fue tan malo, porque me sirvió para ir en un grupo de bici muy
bueno, así que, no puedo quejarme. Calculo haber recogido la bici en el puesto 25º,
más o menos, de los 112 participantes.
Nada más subirme a ella, estamos juntos mi compañero Oliver
y Pablo Pontón (SVC), dos buenas piezas para la ruta que nos esperaba. Por el
camino, se nos uniría Luis López (CAMARGO), y más tarde Juanra González
(POLANCO), otra bestia de los pedales.
De la primera vuelta al rápido circuito por la S-20, sólo
decir que pensé que me moría, jaja. A duras penas pude dar algún relevo, pero
iba infartado. Me temía lo peor, perder el grupo, y luego correr sin fuerzas.
Menos mal que, al ser varios en el grupo, y con buena
voluntad para dar relevos, pude descansar algo, porque, madre mía, qué
espectáculo el mío, jaja. En la tercera y en la última vuelta, algún ataque por
parte de Juanra, para poder escaparse en solitario de nosotros. Es lógico, es
muy fuerte en bici, y hace muy bien en querer aprovecharse.
En el primero me costó aguantar, y en el segundo casi me
desmayo, pero no sé ni cómo pude saltar a por él y Pontón, que se iban solos. Ahí
estaba el billete para estar arriba luego en la carrera a pie, y me vacié
convencido.
Llegamos en grupo a dejar las bicis, y salgo a correr detrás
de Pontón, Juanra, Luis y mi compañero Oliver. Me bajo de la bici con una media
de 38 km/h, me han salvado los mismos que me han hecho sufrir tanto en este
sector. Vaya si he notado estar prácticamente 2 semanas sin hacer nada.
Empiezo la carrera a tope, con la idea de recuperar algún
puesto rápido e intentar controlar un poco más adelante. Adelanto a Oliver, a
Pontón, y un poco más adelante, a Juanra. Aunque noto que voy demasiado rápido,
pero las piernas responden. Lo cierto es que los pulmones, no tanto…
Tengo que levantar un pelín el pie, Pontón me vuelve a
adelantar (de sobras es mejor corredor que yo, era cuestión de tiempo), y voy
controlando a Juanra, pues estamos muy parejos. Apenas 20 o 30 m me separan de
él, y, en cada giro, veo que no consigo despegarle.
Los 4 km finales son idénticos, sin adelantamientos, sólo
doblando a algún conocido y animando lo poco que me da el aire que me cuesta
tanto meter al pecho. Los ánimos de los numerosos conocidos ayudan una
barbaridad.
De reojo veo en el GPS que llevo un ritmo más o menos
constante de unos 3:40 min/km, o sea, no voy mal del todo, si bien, entre la
salida y los giros, será algo más lento en meta, pero bueno, es así para todos.
Llegamos al giro final en el Hotel Chiqui, apenas 500 m
antes de la meta, y compruebo que Juanra sigue pegado, por lo que pego un
arreón, a morir (literalmente). Hago ese tramo final a menos de 3:10 min el km,
no me adelanta nadie, y llego a meta reventado… pero feliz. Puesto 30 final. Nos
felicitamos Juanra y yo, y poco a poco cojo aire.
El buen puesto de mis compañeros Cazorla (13), Jorge (34) y
Oliver (38), junto con el mío, nos permitió quedar 4º por equipos, rozando el
palo. El año que viene creo que podemos dar algo más que hablar, pero para
bien, jaja.
El colofón y fin de fiesta fue la comida y las risas que nos
pegamos en el restaurante italiano, donde quedó patente el buen ambiente que
tenemos en este equipo de amigos, por encima de todo.
Llego ya saturado de entrenos y
competiciones. Mi pretemporada en 2013 la empecé la segunda quincena de
octubre, por lo que se puede decir que llevo un año completo sin parar, y tengo
ganas de desconectar.
Desde que empecé la pretemporada, hasta el día de hoy, he
hecho 391 km nadando, 8.113 km en bici, y 1.613 km corriendo. No he podido con
más.
Voy a parar un mes completo, para después empezar de nuevo,
poco a poco, a rodar suavemente e ir cogiendo el punto para 2015.
Aún no sé qué pruebas haré en la temporada que viene.
Intentaré repetir prácticamente lo de esta, e intentar el siguiente asalto: mi
primer Iron Man. Habrá que ir, ¿no?.
Agradezco, como siempre, a mis compañeros de equipo los
buenos momentos que me hacen pasar. También a los que, de una forma u otra,
entrenan conmigo (¡ay! esas salidas ciclistas de los sábados que tanto os dan
dado qué hablar, con mis convocatorias desde La Veguilla), y a mi preparador
Josué (un crack auténtico, un placer sufrir aprendiendo y recogiendo los frutos).
Desde luego, a los fotógrafos que amenizan nuestras crónicas
y Facebook, aparte de animar en las carreras, claro: Noe Mediavilla, Nuria GD,
Ruth Cruz, Cris Ruiz, Jorge Morales, Iván Glez. Camino, Estefanía Silva, Deimante Ali, chapifoto.com, etc., etc.
A nuestras fans incondicionales Mery, Anuca y Estef.
Y, por
supuesto, a Bea.